Te sientes
perdido, desorientado, sin rumbo fijo. Nada te resulta bien, el mundo te molesta, tus compañeros de Dojo están contra tí, blasfemas contra Dios y no duermes. Sientes que estás tocando fondo. Ahora es el momento de
despertar.
Vuelve a tu inicio, a tu
esencia.
Vuelve a tu
Dios, a tu
Karate, a tu
Budo. Allí encontrarás la
tranquilidad que andabas buscando y que no encontrarás en ninguna otra parte. Es la
esencia de tu vida, te mantiene alerta y al asecho cuando es necesario.
Busca también a tu
Sensei, él te ayudará a volver a tu camino.
El
Budoka siempre vuelve a su esencia.